Sigo siendo perseguida
Ahora son los escritos. Todo aquello que publiqué, que escribí, dibujé, edité; páginas a las que me suscribí y las usé ¿para?
Uhhhhhh, tantos y diversos usos y trabajos; de índole personal, profesional y por divertimento.
Mi viaje por el mundo digital empezó programando en COBOL hace muuuuuuuuuuuchos años. No lo usé mucho realmente, pero me permitió ver con ojos de asombro la primer computadora IBM. La tuve ahí, y no podía tocarla. Ni yo ni mis compañeros de curso.
Mirábamos ese aparatejo con asombro, casi miedo, medio como que no podíamos creer que esa cosa existiera.
En fin, si me pongo a viajar por los recuerdos me desvío de la intención de esta entrada.
¿Y cuál es esa intención? La de narrar que me persigue todo aquello que he dejado (y seguiré dejando) en la nube internetiana.
Desde mi primer cuenta de correo electrónico que abrí a instancias de mi hija. Ella siempre empujándome, de distintas maneras, a avanzar.
Me propongo unificar, en cuanto sea posible, todos aquellos rastros que fui dejando en la web... de los que tengo registro y memoria. Seguramente habrá muchas huellas mías por caminos virtuales que no recuerdo haber recorrido.
Pero, como decía en la entrada anterior, lo mejor para desocupar tu mente de un pensamiento, canción, imagen que te persigue, es sacarlo entero.
¡Y a ello voy!
Empezaré con los distintos blogs que fui armando a lo largo de los años, páginas, videos y lo que vaya surgiendo.
A ver que sale...
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con respeto, siempre respeto y sin segundas intenciones